¿Quien está detrás de los servicios?: Hoy Fede de Disroot.org

Hoy 7 de Agosto de 2020 se cumplen 3 años del primer post en el binario sobre  Disroot, donde Chema Alonso (No el del gorro de lana) nos presentaba a disroot como una buena alternativa, al  ya  en ese entonces, muy «oscuro» openmailbox. Para quien quiera recordarlo aquí el post. Luego de eso se hizo una linda charla  en mumble con la gente de Disroot, de la cual no he podido encontrar el audio original todavía.

Con todo este combo en mente pensé en hoy publicar la primera, de lo que espero sean muchas charlas con gente que brinda y mantiene servicios basados en software libre, pensados desde el respeto en la privacidad de los datos de quienes los usen y con un enfoque comunitario y social.

Para que podamos ver/leer/escuchar el lado humano de quienes mantienen estos servicios, teniendo en cuenta el costo economico y personal de estos, y también las motivaciones de estas personas al mantenerlos.

Así que hoy charlamos con @Fede de disroot, a quien le agradezco mucho por tomarse el tiempo de responder mis preguntas y las ganas que le puso al tema.

Y sin mas preámbulo la charla:

 

0) Primero que nada preguntarte cómo estás. Me parece una pregunta muy necesaria en estos días que corren.

Fede:   Muy bien, gracias por preguntar. Por las características de mis ocupaciones (relacionadas sobre todo a la informática) y por la manera en que se ha desarrollado la pandemia en nuestro país (Uruguay), no he experimentado grandes cambios en mis vínculos cotidianos con el mundo. Sí en relación al microuniverso que es una familia, los espacios compartidos, sus tiempos y las distancias. Todo tiene otra dimensión ahora debido a la situación.

1) ¿Que te gustaría contarnos sobre vos? Familia, educación, pasatiempos. Lo que quieras compartir.

Fede:   Soy argentino pero vivo en Uruguay hace cinco años. Mis principales intereses son la música, la Filosofía y la política, en ese orden. Pero tengo un vínculo especial con las computadoras desde la primera vez que me senté frente a una, en 1985 una Texas Instruments TI-99. Mi primera PC fue una IBM, de 8 Mb de Ram, con disquetera de 5 ¼, sin disco rígido y monitor monocromático. En 2004 comencé a vincularme con el Software Libre y me enamoré de sus principios. Ahora tengo otra relación, algo más fría con ese movimiento. Hace muchos años que reparo equipos y doy clases particulares de informática y actualmente estudio para ser docente de Informática y Filosofía. Encontré que podía volcar estos intereses y experiencias en Disroot.

2) Yendo más al grano. ¿Desde cuándo colaboras y/o formas parte de Disroot? ¿Y cómo fue que llegaste ahí?

Fede:   Comencé a colaborar en 2017, proponiendo a Muppeth, uno de los administradores y fundadores, traducir el sitio al español. Intercambiamos ideas y dudas, me enseñó los rudimentos de Git, del tablero de proyecto y pasamos de algunos mensajes puntuales a largas conversaciones sobre Disroot, nuestras ideas, expectativas y nosotros mismos. Mientras tanto empecé a traducir, corregir y escribir manuales de los servicios que ofrece la plataforma. Todo ello, sumado a la cantidad de horas cada vez mayor que le dedicaba, contribuyó a la construcción de una relación de confianza, y mi colaboración se fue extendiendo a otros aspectos menos visibles, como el soporte técnico y el testeo de software. En 2018 ya formaba parte “no oficial” del equipo, coordinando las traducciones, manteniendo el sitio de tutoriales y participando en las discusiones y decisiones en todo lo relativo al proyecto, junto a Meaz (la otra persona que junto conmigo es ahora parte del equipo principal), Massimiliano y MaryJane (que participan de cerca con nosotros). Ese mismo año, Muppeth y Antilopa evaluaron que era el momento de dar el siguiente paso en el desarrollo de Disroot y que para ello era necesario involucrar a gente de su confianza con quien compartir la carga de trabajo y el compromiso que implica. Así que tuvimos una reunión en la que me contaron sus planes, de qué partes del proyecto pensaban que podía hacerme cargo y me ofrecieron ser parte del equipo. Compartimos una visión sobre lo que Disroot representa y queremos que sea, así que no tuve mucho que pensar y acepté.

  En cuanto a cómo llegué, fue a través de un artículo del sitio [Comunicación Abierta] https://comunicacionabierta.net/2017/03/disroot-desenraizarnos-las-redes-privativas/ mientras andaba investigando sobre comunicaciones “libres”. Todo me pareció interesante, desde las imágenes hasta las ideas detrás, así que abrí una cuenta. Percibí de inmediato que el proyecto tenía mucho potencial como herramienta colaborativa, para colectivos y organizaciones sociales sobre todo. Pero me parecía también que su alcance podía verse limitado por el hecho de que no estuviera disponible en español. Así comenzó mi relación con Disroot.

3) ¿Que función cumplís actualmente en Disroot?

 

Fede:   Estoy a cargo del mantenimiento del sitio de manuales y tutoriales, es decir, de mantenerlos actualizados, crear nuevos y buscar maneras de mejorar la accesibilidad a la información. También soy responsable de las traducciones, coordino el esfuerzo de las personas que se ofrecen para traducir, el sitio o las ayudas, a sus idiomas. El objetivo de esta parte del proyecto es tener todas las guías actualizadas y disponibles en la mayor cantidad de idiomas posibles, no solo para quienes utilizan Disroot, sino para toda las comunidades de software libre y de código abierto que las puedan necesitar. Tuve a cargo la actualización de la Declaración de Privacidad, por lo que tuve que estudiar el Reglamento General de Protección de Datos de la U.E. a fondo para verificar que cumpliéramos con él. Además hago soporte, reviso las solicitudes de registro y administro las salas XMPP de la comunidad en inglés y en español, como tareas puntuales cotidianas.  Y también estoy involucrado directamente con el desarrollo de nuestra instancia de Hubzilla. En este momento, el equipo consta de cuatro personas que hacemos de todo, aunque tenemos nuestras “áreas”, que son como una manera de organizarnos.

4) ¿Como entendés que Disroot, e iniciativas similares, aportan a la comunidad del software libre y a quienes buscan respeto por la privacidad?

 

Fede:   La plataforma surgió en un contexto específico: Muppethy Antilopa (sus fundadores) viven en una comunidad que necesitaba organizar sus comunicaciones, sus espacios, sus horarios, su presupuesto y un largo etcétera. Podrían haber usado los servicios de Google, por ejemplo. Pero ellos tienen una experiencia y una conducta ética que los llevó a elegir la autogestión. Cualquier organización, pequeña o grande, política o social, que pretenda tener el control de sus comunicaciones y sus datos, no puede utilizar servicios como los de Google, Facebook, Twitter y similares. En ese sentido, elegir usar software libre o de código abierto, es un camino posible, ético, transparente y que sirve para promover otra clase de vínculos, con las personas entre sí y con los productos culturales. Si queremos fomentar vínculos comunitarios, de colaboración, de respeto y sobre todo de autonomía, tenemos que ser eso mismo. Estamos haciendo un aprendizaje constante y pensamos que compartir la experiencia va a inspirar cambios en esa dirección. Los aportes que pretendemos hacer desde Disroot no tienen como objetivo específico a las comunidades del software libre, sino a la cultura colectiva.

   Con respecto a la privacidad, bueno… está dentro del conjunto de dimensiones humanas que ahora, a través de tecnologías cada vez más sutiles e invasivas, están siendo mercantilizadas. Como dependemos económicamente de las contribuciones de la gente hay una especie de acuerdo tácito que honramos. Somos muy transparentes al respecto. Toda la información relativa a los datos y la privacidad están en nuestras Condiciones de Uso y en la Declaración de Privacidad.

Disroot es la plataforma a través de la cual se expresan las ideas que tenemos del mundo y cómo nos parece que hay que cambiarlo. Y aunque no es necesario que tengas esas mismas ideas para usarla sí es importante que las respetes, como nosotros respetamos a los usuarios y usuarias. La confianza es una construcción en dos direcciones así que para nosotros la cuestión de la privacidad es simple: estas herramientas están a tu disposición para que las uses como necesites o quieras. Sé responsable. No nos comprometas, porque al hacerlo, comprometés a todas las demás personas que también las usan y necesitan. No tenemos ningún interés en colectar datos de ninguna clase. Algunos programas necesaria e inevitablemente los generan y se guardan un día por si hay algún problema que chequear rápidamente. El correo, por ejemplo, no es la excepción. Ahora estamos explorando una solución para hacer que los emails sean cifrados/descifrados por defecto sin que tengas que hacer ninguna maniobra complicada, o depender de que la persona que lo recibe o envía tenga cuenta con el mismo proveedor. Muppeth dio con un software que resuelve eso y está alojado en nuestra instancia de Git. Gracias al crecimiento de las donaciones pudimos separar una cantidad para solventar el trabajo de algún programador que quiera y pueda no solo actualizar el código a algún lenguaje más moderno y robusto, sino también mantenerlo. Si logramos implementarlo va a ser un logro colectivo. Va a beneficiar a todas las personas que usan el correo, independientemente del nivel de conciencia que tengan respecto a la importancia de las comunicaciones seguras y privadas. El código, al tener una licencia GPL, estará disponible para que cualquier proveedor pueda utilizarlo. Ese es el tipo de aportes que queremos que Disroot represente.

   Claro, también podés pagar un euro por mes a algún servicio que te garantice cierto grado de seguridad y privacidad particular. Nosotros no tenemos nada ver con eso, no somos ni tenemos mentalidad de pequeña empresa. En ese aspecto, pensamos colectivamente. Sabemos que no todas las personas que usan correo pueden o quieren pagar por ejercer este tipo de derechos. Y para nosotros, cobrar por ello está definitivamente fuera de la discusión.

También donamos una parte de los ingresos a la gente que desarrolla el software que usamos. Nos parece que es lo lógico. Cuanto mayor son las donaciones de las usuarias y usuarios, mayor el dinero que se vuelca a esos proyectos.

5) ¿Cuáles creés que son las mejores formas (además de la económica) mediante las cuales la comunidad puede aportar a quienes dan servicios como ustedes?

Fede:  Hay solo una y es clara: involucrándose. Siempre. No solo con las plataformas que proveen servicios colaborativos sobre premisas éticas, sino con la gente de verdad, en las calles, los barrios, con las comunidades. Qué sentido tendría colaborar solo virtualmente. Para eso están las herramientas, para involucrarse y organizarse. Pero en cuanto a cómo se puede aportar a proyectos como el nuestro, bueno, ayudando a traducir o a escribir tutoriales (es importante siempre que la información esté disponible para la mayor cantidad de personas posible), colaborando en las salas de chat, participando en el tablero del proyecto o en el foro a través de ideas, comentarios, sugerencias, críticas. En este momento, por ejemplo, estoy revisando, actualizando, escribiendo y traduciendo las guías. No me da el tiempo. El software muchas veces se actualiza y trae funciones nuevas que hay que estudiar y documentar. El sitio de los manuales tiene mucha información que reorganizar y tutoriales que faltan. Hubzilla necesita un montón de amor también y no nos dan las manos, las cabezas ni las horas. Siempre hay cosas para hacer, testear y para aprender. Así que todas las personas que quieran y puedan colaborar son muy bienvenidas. Nos pueden encontrar en la sala de chat en español de la comunidad ([email protected]) o a través del correo de soporte (support @ disroot.org) sin necesidad de escribir en otro idioma que el nuestro. 

6) ¿Como te sentís vos con el trabajo que estás haciendo con Disroot?

Fede:   Comprometido, realizado, feliz, orgulloso. Tengo muchas sensaciones satisfactorias y de las otras también. A veces abrumado y desbordado por la cantidad de trabajo que requiere un proyecto así. Sumado a los malabares que tenemos que hacer para rescatar algo del tiempo que nos dejan los compromisos laborales, las responsabilidades familiares, la cotidianeidad, es muchas veces agotador. Pero es parte de las problemáticas que afectan a todos los proyectos que se sostienen con trabajo voluntario.

7) ¿Cual es tu visión de las problemáticas «socio-tecnologicas» que atraviesan nuestras sociedades?

Fede:   Me parece que el problema sobre el uso de tecnologías con fines de control y económicos se encuadra dentro una discusión más amplia acerca del tipo de organización social en el que vivimos. Las herramientas están ahí. Cualquiera con conocimientos básicos y algo de tiempo puede montar un servidor en su casa, instalar un correo, una nube, un chat, una red social. Y podés hacerlo como pasatiempo, para tener control sobre tus comunicaciones particulares o para compartir con otras personas o por las razones que fueran. Hasta aquí no hay conflicto aparente. El verdadero problema es trasladar esa experiencia a la esfera de lo colectivo. Porque montar y mantener un servidor con servicios requiere fundamentalmente de tiempo. Tiempo para mantenimiento, tiempo para solucionar problemas, tiempo para ayudar, tiempo para proyectar. Y el tiempo es dinero. Por más vueltas que le demos al asunto, esta tautología del capitalismo es un muro con el que tarde o temprano te encontrás en el camino. Hay muchos ejemplos dentro del universo de los proyectos autogestionados, de software libre y de código abierto, de experiencias que se agotan por la falta de dinero, por más buena voluntad que sus participantes tengan. Entonces ¿qué hacemos? Si tengo un servidor pequeño, puedo dar servicios a una cantidad de gente. Si el número aumenta, tengo que montar otro servidor, comprar más discos, más memorias o limitar la provisión. Dinero. Supongamos que lo consigo, implemento mejoras, aumento la calidad del servicio y de usuarios y usuarias, pero no me da el tiempo porque tengo que trabajar en otra cosa para llegar a fin de mes. Le pido a quienes usan los servicios que colaboren económicamente o busco alguna manera de generar ingresos a través de los servicios. Es un círculo vicioso inevitablemente frustrante y desmotivador. Y eso es solo en relación a intentos de organizaciones colectivas que pretendan ser consecuentes con ciertos principios éticos y políticos. Ahí, hay una dimensión del asunto. No se trata de que Google, Facebook, Microsoft o Adobe tengan mejor software, que no lo tienen. Se trata de que tienen el dinero (cantidades ridículas e incalculables) para tener cientos de miles de servidores, por un lado, y para intervenir culturalmente en la percepción que tenemos del tiempo y su utilidad, por otro. Y hacen un trabajo fantástico porque no hay otro parámetro de valuación de las actividades humanas que no sea el dinero. Es la “naturaleza” misma del capitalismo. Facebook, por ejemplo. Tiene más de dos mil millones de usuarios y usuarias. Dos mil millones es un número descomunal y difícil de representar en la mente. Hay herramientas de interacción social virtual parecidas o superiores en muchos aspectos, como Diaspora, Friendica, Hubzilla y otras. El Fediverso no tiene más de dos millones de habitantes. ¿Por qué? Bueno, probablemente, porque esas plataformas alternativas dependen del trabajo voluntario y las donaciones, de servidores autogestionados y carecen del capital económico y humano que requiere su mantenimiento. Los proyectos de software libre o los de código abierto más “exitosos” o duraderos tienen detrás el aporte monetario de estas mismas corporaciones: KDE, Mozilla, Linux, VLC, Debian… Hasta la FSF recibe dinero de Google, Intel, RedHat y HP. Y eso no le parece paradójico a mucha gente.

   Con las redes sociales alternativas va a suceder lo mismo, a menos que se trate de un espacio específico de una organización social, en algún momento las corporaciones se van a terminar de colar en ellas. Eso me parece inevitable.

   Después tenés la dimensión cultural del problema, que también está ligada indisolublemente a la cuestión económica. Por esto que te decía antes, la percepción del tiempo. Si no tenés información suficiente para comprender cómo hacen tanto dinero estos monstruos tecnológicos ofreciendo servicios «gratis», bueno… ¿Quién no conoce a alguna persona que piense: bah, qué me importa si colectan mis datos si me dan el servicio gratis y yo no tengo nada que esconder? ¿Cuántas personas leen las condiciones de uso de los servicios o productos en internet? Ni hablar de llenar un formulario de registro. ¿Para qué, si podés iniciar sesión con cuentas de Google o Facebook? O las aplicaciones de distintos gobiernos para “monitorear” el desarrollo de la pandemia. A una gran mayoría sencillamente no le importa porque desconoce. Y no tiene ganas de “perder tiempo” en informarse. ¿Y qué hacen las comunidades de software libre en ese contexto? No mucho. Están muy enroscadas en discusiones sobre la pureza de sus programas y distribuciones, o defendiendo el “pragmatismo” de la GPL, como si nada de lo que nos pasa fuera un problema político. Hay carencia de proyectos políticos comunitarios en línea que se involucren de verdad porque hay carencia de gente preparada y con una visión más panorámica del problema tecnológico. El principal problema es, en definitiva, el capitalismo económico y cultural.

8) ¿Como esperás que esté Disroot en 5 años?

Fede:   Dando la batalla contra los jardines vallados, para empezar. Nuestra expectativa está puesta en poder llegar a ese punto donde Disroot pueda ser una especie de paraguas para organizaciones sociales y colectivos que necesiten un espacio seguro, asesoramiento técnico, legal y herramientas con las que poder dar pelea en los muchos y distintos frentes que tienen las luchas políticas por un mundo más justo y mejor. Puede sonar un poco “idealista”, pero honestamente es lo que pensamos. No sé si podremos lograrlo en cinco años más, pero trabajamos para eso. También tenemos la idea de poder crear una especie de distribución, al estilo de Yunohost, que pueda instalarse y tener un servidor funcionando con todas las herramientas que utilizamos. La idea es siempre colaborar para recuperar la internet como el instrumento de comunicación y colaboración que fue o puede ser y seguir promoviendo el uso ético de la tecnología y nuevas formas de autogestión. 

9) ¿Algo que no te haya preguntado y quieras compartir o hacer mención especial?

Fede:   Sí, me gustaría invitar a pensar, a quienes puedan estar leyendo, sobre algunas ideas que aplican no solo para Disroot sino para cualquier proyecto comunitario como el nuestro.

Cuando recibís o envías correo electrónico, cuando guardás y compartís archivos y  documentos en la nube, cuando necesitás comunicarte o sincronizar tu agenda, entre otras muchas actividades que a diario realizamos a través de internet, confiás en que los servicios funcionen adecuadamente. Como ya comenté antes, si tenés cierta cantidad de conocimientos y tiempo, sobre todo, podés tener y mantener un servidor propio, de esa manera te asegurás que toda la información que generás y utilizás está bajo tu control y los servicios funcionan como querés.

La realidad es que la mayoría no tenemos los conocimientos para tener un servidor personal, y mucho menos el tiempo para administrarlo. Sin mencionar los costos de mantenerlo funcionando.

Si buscamos soluciones en internet que integren un montón de servicios bajo una misma cuenta, que en lo posible se vea bien, que su uso sea intuitivo, que esté accesible todo el tiempo, que no nos espien o comercialicen nuestros datos  y encima, que sea gratis, bueno, no las vamos a encontrar. La gratuidad económica de los servicios de, por ejemplo, Google, tienen un costo que se paga con información y la cesión de derechos, como el derecho a la privacidad.

   Disroot acaba de cumplir cinco años. Nació de la necesidad de tener acceso a varias herramientas todas juntas y que fueran Software Libre y de Código Abierto por todas las razones éticas que mencionamos en nuestra Declaración de Objetivos. Junto con la cantidad de personas y grupos que comenzaron a utilizar la plataforma, también crecieron los costos y las horas de trabajo humano empleado. De momento, gracias al esfuerzo económico colectivo, podemos mantener la plataforma sin pensar en los costos. Pero solo “mantener” no es lo que nos comprometimos a cumplir. Brindar mejores servicios, más seguros y respetuosos de la privacidad, accesibles para cualquiera que los necesite, es lo que nos moviliza, junto con la convicción de que esta manera de trabajar, en forma colectiva y ética, puede ser compartida y fortalecida, ayudando a crear mejores vínculos entre las personas, la tecnología y la libertad.

Todo ello tiene un costo humano muy alto cuando se trata de proyectos colectivos y comunitarios. Mantener, administrar y mejorar constantemente Disroot consume una enorme cantidad de tiempo y recursos que en un punto solo pueden ser sostenidos de alguna de estas dos formas:

    a) obtener algún beneficio económico a partir de la plataforma (datos, publicidad, etc);

    b) recurrir a la colaboración económica y de tiempo de los usuarios

 Nosotros elegimos y nos comprometimos con la segunda opción, la más ética y la más difícil de mantener constante en el tiempo. Necesitamos que aquellas personas que utilizan y confían en nuestro trabajo, colaboren económicamente toda vez que sea posible. No solo porque es necesario para cubrir los costos de los equipos, la electricidad, etc., también nos ayuda a mejorar la calidad y cantidad de tiempo dedicado por parte de las personas (y sus familias) que hacen posible que Disroot como plataforma funcione porque, además, ninguno de nosotros obtiene ganancias o vive de ella. Ahora estamos en un punto donde podemos comenzar a pagar una cuota por voluntariado. La ley holandesa habilita a las organizaciones sin fines de lucro a pagar unos 140 euros mensuales sin impuestos. El año pasado logramos pagar un año completo a Muppeth (por lejos, la persona más comprometida y dedicada del equipo) y este año vamos a intentar pagar a dos personas más, en principio. Para eso, es necesario también el compromiso de la comunidad. Es un hecho objetivo que venimos repitiendo como un mantra desde hace algún tiempo: si la mayoría de las usuarias y usuarios de Disroot colaboraran económicamente con el equivalente a un euro, o mejor, al valor de un café (o una cerveza, por qué no) al menos una vez al mes, la plataforma podría brindar más y mejores servicios a más cantidad de personas, mejor soporte, más contención y espacio a otros proyectos y organizaciones sociales comprometidos como nosotros para avanzar en los objetivos de la construcción de una internet y una sociedad más libre y comunitaria.

   También quiero agradecer a la gente de El Binario por la oportunidad de poder comunicarnos en nuestro idioma, por su compromiso social y ético y el enorme esfuerzo que hacen para mantener este espacio necesario.

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6 Comentarios

  1. La segunda para Mark Zuckerberg que mantiene el servicio de facebook servicio que brinda a millones…. a no, era que es mantenido por faceboock poniendo a millones a su servicio o era que… me hice un lío :(

  2. Buena entrevista. No se sabe realmente el trabajo que hay detrás hasta que no se explica así.

    Gracias Fede y gracias Disroot.

  3. Más allá de que sea una entrevista escrita estuvo muy entretenida y informativa, inspira a crear màs servicios libres y considerados con la privacidad del usuario como Disroot.

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